Con Diseño Divino - La Semana del 24 de Deciembre

Con Diseño Divino

Navidad es adoración

De la Palabra de Dios: “Jesús nació en Belén de Judea durante el reinado de Herodes. Por ese tiempo, algunos sabios de países del oriente llegaron a Jerusalén y preguntaron: ‘¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Vimos su estrella mientras salía y hemos venido a adorarlo’” (Mateo 2:1-2).

Un largo viaje, nada de comodidad, pero muchos deseos de encontrar “al rey”. Ese es el corazón de la Navidad…el rey. ¿Lo estás buscando tú también?

Aquellos hombres sabios, que ni tan siquiera eran judíos, decidieron emprender una travesía, siguiendo solo el rumbo que les trazaba una estrella, para adorar al rey.

Entre tanto que encierra la Navidad a veces Jesús se nos pierde, se nos pierde porque estamos buscando muchas otras cosas. Y, a diferencia de los sabios, nos embarcamos en otras travesías que, en lugar de acercarnos a Belén, nos alejan. 

Navidad es buscar al Rey…para adorarlo.

La Biblia no nos dice por qué Dios escogió a aquellos hombres para ser partícipes de este gran milagro, pero es evidente que sus corazones estaban buscando, y siempre que nos propongamos buscar a Dios, lo encontraremos.  “Si me buscan de todo corazón, podrán encontrarme” (Jeremías 29:13).

Estos viajeros orientales no buscaban al rey para corroborar una teoría astrológica… ¡lo buscaban para adorarlo! 

Dios sigue buscando lo mismo. Corazones sensibles, dispuestos a embarcarse en la mejor de las travesías para que descubran el mejor regalo de todos: una relación con él, a través de Jesús, mediante la experiencia de adorarle y conocerle.

Ahora que el día de Navidad está a las puertas quiero invitarte a hacer algo: Busca un momento en medio de los ajetreos, los preparativos, y haz lo que hicieron los sabios…adora a Jesús. Él te está esperando. No necesita oro, ni incienso, ni mirra, porque ahora ya está sentado junto a su Padre en el trono que un día dejó para venir a Belén. El mejor regalo que le puedes dar es tu corazón rendido, dispuesto a adorarle, a escucharle, a conocerle.

Si nos ponemos a pensar, en cierto modo esta fue la primera misión evangelística de la historia. Aquellos hombres, extranjeros, que no conocían sobre las profecías, de seguro regresaron a sus países contando todo lo que habían presenciado.  Así que además de adorar al Rey, no olvides compartir con otros el corazón de la Navidad: JESÚS.

¡Feliz Navidad!,

Wendy

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Originally published Wednesday, 24 December 2014.

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