Con Diseño Divino - La Semana del 29 de Octubre

Con Diseño Divino

Cuando vuelvas                               

De la Palabra de Dios: “…modo que cuando te arrepientas y vuelvas a mí fortalezcas a tus hermanos” (Lucas 22:32b, NTV).

Incluso si no has leído la Biblia, seguro conoces la historia de Pedro y su traición a Jesús. Por alguna razón nuestras faltas y fracasos se hacen populares más rápido que nuestras virtudes y triunfos.

Jesús, que de antemano sabía lo que sucedería, le dijo a Pedro (también llamado Simón): “Simón, Simón, mira que Satanás ha pedido zarandearlos a ustedes como si fueran trigo. Pero yo he orado por ti, para que no falle tu fe. Y tú, cuando te hayas vuelto a mí, fortalece a tus hermanos” (Lucas 22:31-32). El resto es historia; esa noche, antes de que el gallo cantara, aquel ex pescador, el discípulo más atrevido y dispuesto de todos, traicionó a su amado Señor. Cuando se dio cuenta de lo que había hecho “lloró amargamente” (v. 62).

Lo bueno es que este no fue el final de Pedro, más bien fue su comienzo. A partir de aquí su vida experimentaría un cambio radical. Pero tuvo que pasar por el momento difícil, ser zarandeado, y luego volver.

¿Alguna vez has deseado no haber vivido alguna experiencia? ¿Poder regresar y empezar de nuevo? ¿Borrar días del calendario de tu vida? Yo sí. Y no pocos, por cierto; pero no es posible, por mucho que lo intentemos.

Sin embargo, hace unos días, mientras leía ese pasaje de Lucas 22, algo cobró vida ante mis ojos. Aunque hay experiencias de las que sin dudas no nos sentimos orgullosas y preferiríamos que no estuvieran ahí, la realidad es que al volver somos diferentes y entonces podemos fortalecer a otros, tal y como Jesús le dijo a Pedro. Piénsalo. ¿Quién puede hablar mejor del fracaso que aquel que lo ha vivido? Si tomaste decisiones erradas, ¿quién mejor para ayudar a otra persona que pudiera encontrarse en un caso similar? Un viejo refrán dice que fuera del agua se nada muy bien. Muy cierto, ¿verdad?

Jesús sabía que Pedro sería zarandeado. Sabía que tú y yo lo seríamos también. Él oró por Pedro, e igual lo hace todavía por ti y por mí: “Cristo Jesús es el que murió, e incluso resucitó, y está a la derecha de Dios e intercede por nosotros” (Romanos 8:34, cursivas mías).

Como le dijo a Pedro, nos dice a nosotros, y me permito parafrasearlo: “Cuando vuelvas a mí para recibir perdón y misericordia, cuando te arrepientas y retomes el camino... ve y fortalece al que está débil, háblale del perdón, de la misericordia, comparte tu experiencia”.

Como madres sabemos que en muchas ocasiones nuestros hijos harán cosas de las que luego se arrepentirán. Volverán a nosotras para pedir perdón y llorar; y como madres esperamos también que la lección aprendida les sea de provecho en la vida. Dios, el Padre, sabe que como hijos haremos lo mismo; pero también, como todo padre, espera que volvamos a él, busquemos perdón, lloremos si es necesario, y aprendamos la lección para luego fortalecer a otros.

Deja de condenarte por las experiencias que le restan belleza al historial de tu vida. Dios no se acuerda de ellas, lo único que espera es que las uses para que otros vuelvan. Casi que escucho a Pedro decir: “Amén”.

La vida que Dios diseñó no es una vida atascada en el pasado, sino una vida que usa los errores del pasado para fortalecer a otros en el presente.

¡Vive así!

Wendy

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Originally published Wednesday, 29 October 2014.

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